El 3 de diciembre se celebra en todo el mundo el Día Internacional de las Personas con Discapacidad. Pero… ¿qué pasa si le damos la vuelta a este evento y celebramos lo que mejor hacemos?

El pasado lunes, 3 de diciembre, con motivo de la celebración del Día Internacional de la Discapacidad, contamos con una visita verdaderamente especial, la de los alumnos de 2° de bachiller del Colegio San Gabriel de Zuera. Una veintena de estudiantes compartieron las labores diarias de nuestros chicos en el centro ocupacional y en el Espacio Creativo Vértice.

Ceramistas por un día, algunos se atrevieron a montar componentes eléctricos, envolver botellas de vino o preparar los manuales de instrucciones de algunas de nuestras empresas. También aprendieron –o perfeccionaron- su técnica en la máquina de coser, y, en definitiva, convivieron con nuestros chicos.

“La verdad es que no me esperaba que fueran tan independientes, me ha sorprendido su autonomía”, reflexionaba Andrei, uno de los estudiantes. Y es que, desde su llegada, ni los adolescentes dudaron en volcarse en el aprendizaje de los distintos oficios, ni por supuesto, nuestros chicos, tardaron ni siquiera un instante en prestarles toda la ayuda necesaria. “A nosotros también nos costó aprender, yo estuve varios meses hasta que lo conseguí poco a poco”, explicaba Yolanda, usuaria del equipo de artesanía del centro, ante la atenta mirada de nuestros visitantes.

Además, fue un día verdaderamente emocionante en el que les contamos la historia de algunos protagonistas que han pasado a la historia de la humanidad a pesar de contar con dificultades, como el gran Beethoven, que pasó los últimos años de su vida privado del sentido del oído; o Frida Kahlo, que sufría de poliomielitis, una enfermedad invisible y muy dolorosa.

Sobre las paredes de la recepción de la Fundación José Luis Zazurca, convertidas en una improvisada sala de exposiciones, tampoco faltaron los casos aragoneses, como el de Teresa Perales, deportista zaragozana que cuenta con numerosas medallas en natación a pesar de que cuando tan solo tenía 19 años sufriera una neuropatía por la que perdió la movilidad en las piernas. Después de un tiempo de adaptación, la medallista aprendió a nadar y, casi de manera inmediata, su primer entrenador le animó a competir. A partir de ese momento comenzarían los campeonatos y pruebas en los que destacaría de manera exponencial.

Sin embargo, no hay que irse tan lejos para hablar de éxitos. En el Centro VéRTICE contamos con varios deportistas reconocidos, como Nacho Herreiz, que participó como relevista en los Juegos Olímpicos de Londres en 2002 portando la antorcha olímpca; César Alonso, que obtuvo la medalla de oro en los European Games Special Olympics de Portsmouth en 1997; Pablo Lascorz, que atesora varias medallas de oro en los Special Olympics en modalidades como fútbol sala o balonmano; o Fernando Berges, que en 2005 batiría el récord de altitud en el Kilimanjaro alcanzando la cueva Maier, ubicada a nada más y nada menos que 5.200 metros de altitud.

Sin embargo, no hay que irse tan lejos para hablar de éxitos. En el Centro VéRTICE contamos con varios deportistas reconocidos, como Nacho Herreiz, que participó como relevista en los Juegos Olímpicos de Londres en 2002 portando la antorcha olímpca; César Alonso, que obtuvo la medalla de oro en los European Games Special Olympics de Portsmouth en 1997; Pablo Lascorz, que atesora varias medallas de oro en los Special Olympics en modalidades como fútbol sala o baloncesto; o Fernando Berges, que en dos años consecutivos, 2004 y 2005, logró subir al Kilimanjaro.